martes, 6 de agosto de 2013

Liberando mi ser

Buscando la forma de liberar mi ser y recordar lo que soy me encontré escribiendo en un cuaderno. Ahí escribo reflexiones mias de ciertos pensamientos o sentimientos que quiero inmortalizar para cuando deje de ser asi. Creo que esta es la mejor edad para pensar y  la mirada que tengo de ahora no la quiero perder. Es simplemente una guia para la persona futura que sere para el momento que pierda el carril de mis convicciones. Si eso llega a pasar, aca estará hablandome mi yo de 16 años, recordandome que siempre seré esa persona que amaba al anochecer acomodarse en su rincón favorito de la cama bajo la tenue luz del velador. Esa persona que al escuchar el sonido de su mente dejaba derramar una lagrima sin saber como denominar la sensación que  le recorria el cuerpo. Esa misma que tantas veces sintió que las emociones iban mas allá de lo que las palabras podian nombrar y que no encontraba el adjetivo exacto para expresar lo que pasaba. A la que talvez no se le habia ocurrido pensar que al no poder expresar con claridad las emociones que se le presentaban aprendió a hablar el idioma que no usa palabras ni imagenes, el que todos tenemos pero solo unos pocos conocemos. Entonces, sin darse cuenta se empezó a apropiar de la lengua que mas le gustaba hablar, el del Universo. Ahi fue cuando dejo de torturarse buscando la palabra correcta a lo que sentia  y entendio que solo podía comprenderla dejando sentir mas y de esa forma transmitirselo a los que hablaran su mismo idioma.

Sin embargo, como siempre fue caprichosa, no se contentaba con que unos pocos la pudieran comprender. Entonces siguió empecinada en buscarle las palabras, pero las palabras iban cayendo y ella las escribia en el cuaderno. Las palabras no las pensaba, le salian de algun lugar que nunca entendió. Ella solo movía la birome segun la coreografia que su mente preparara para esa hoja rayada que esperaba ser llenada. Después de tener varios vomitos de su mente, empezó a pensar que no le gustaría que quedaran sepultados en un cuaderno salpicado y que en algún momento haría algo con ellos. Asi fue como una noche, sin buscarlo apareció la respuesta. Creyendo en las señales y dejandose llevar por su instinto fue como llegó hasta acá. Esa imagen de procedencia dudosa la guió. Y parecía encontrar su lugar...